miércoles, 23 de mayo de 2007

AUTOBIOGRAFÍAS LINGÜÍSTICAS

Como bien nos había mandado hacer Luz la semana pasada, teníamos que hacer un ejercicio acerca de nuestra biografía lingüística, y teníamos que hacer como una especie de análisis crítico acerca de nosotros mismos y de las vivencias que hemos tenido a lo largo de nuestra vida con las lenguas y, una vez hecho, ponerlo en común para toda la clase y compararlas con las de otros compañeros. A continuación expongo mi biografía lingüística:

Desde siempre he hablado castellano, mi familia y ámbitos (hasta hace poco) en los que he convivido siempre han usado la lengua castellana para comunicarse.

Voy a contar un poco mi historia lingüística porque, aunque hable castellano y lo tenga como lengua materna o L1, no quiere decir que no haya experimentado cambios en mis registros lingüísticos o en expresiones que vienen dadas por influencia de otras lenguas.

Cuando era pequeña recuerdo siempre haber hablado castellano, cuando pasé a lo que antes se llamaba E.G.B. empecé a ver el gallego y en la clase lo hablaba la profesora y a veces nos obligaba a expresarnos en esa lengua, pero no siempre. El colegio en el que estudié era un colegio privado-concertado. En 8º de E.G.B. me cambié a un instituto público y ahí fue donde más noté el cambio en cuanto al uso del gallego puesto que en las clases de gallego sí que teníamos que expresarnos en gallego sino el profesor no te contestaba a las preguntas. Una cosa que me llamaba la atención era que además de la asignatura de lengua gallega teníamos más que, aunque no eran específicas de gallego, nos las daban en gallego como las matemáticas, historia, física, etc. Esta cuestión me sorprendió bastante e incluso llegó un momento en que me agobié un poco porque, al no ser una lengua que domine porque en mi casa nunca se ha hablado ni mi familia ni mis abuelos, tíos ni nadie, no la domino bien y hay cosas que no entiendo por lo que los apuntes o la teoría de ciertas materias me resultada muy complicado de estudiar.

Al margen de todo esto, yo seguía hablando castellano con mis compañeras para expresarme. No obstante, si alguien me venía y hablaba gallego yo trataba de contestarle en la misma lengua, pero si en castellano me entendía, por qué complicarnos la vida si nos entendemos aunque no hablemos la misma lengua?

Acabé el instituto y comencé a estudiar un Ciclo Superior de Interpretación de Lengua de Signos. Aquí sí que el gallego no se hablaba casi nada ya que los profesores todos hablaban castellano y, además, la lengua en la que estudio no tiene traducción a gallego, es decir, que si yo tuviera que interpretar a gallego tendría que hacer la traducción mentalmente de gallego a castellano y luego a lengua de signos.

Cuando empecé a trabajar de Intérprete en Coruña apenas se usaba el gallego puesto que casi nadie habla gallego en esta ciudad, no es como en Santiago que hay más hablantes de gallego. No obstante, alguna vez me veía con ciertos problemas o trabas cuando tenía que interpretar a alguien de la Xunta de Galicia o una reunión con algún Conselleiro o algún mitin político o debates en el Parlamento, etc. Ya que tenía que utilizar el gallego para interpretar a la lengua oral y traducirlo mentalmente a castellano para interpretarlo a la lengua de signos.

Pasados unos años, me fui a vivir a Bilbao porque encontré trabajo allí de Intérprete y, la verdad, me apetecía probar algo nuevo y diferente así como ver el mundo de las personas sordas desde otra perspectiva y crear nuevos proyectos e ideas.

Durante el tiempo que estuve allí (2 años) me sirvió para que mi forma de hablar y expresarme cambiara completamente así como el acento. Mis padres no me conocían casi cuando hablaba con ellos por teléfono, era increíble! Pero es que, realmente, me integré muy bien allí y asimilé sin problemas todas sus tradiciones, fiestas, cultura, etc. El problema vino en el Euskera ya que es la lengua que allí utilizan (aunque más en los organismos públicos y en los pueblos de montaña, apartados de la ciudad) y es muy complicada tanto de aprender como de hablar. Es una lengua que para entenderla tienes que saberla, es decir, no es como el gallego o el italiano o portugués que, aunque no la sepas hablar puedes entender más o menos lo que se está diciendo, pero el euskera era imposible, tenias que estudiarla. Además la estructura gramatical era como la de la lengua de signos, es decir, las negaciones se colocan a final de palabra, las partículas interrogativas también, o una misma palabra con terminaciones diferentes significaban cosas totalmente distintas, tampoco tiene acentos el euskera lo que resultaba aún más difícil su aprendizaje. Yo me propuse un tiempo estudiar euskera pero al final me di cuenta de que necesitaba dedicarle demasiado tiempo y, sinceramente, para una lengua que no me permite ni siquiera moverme por el extranjero no quería invertir más tiempo. No obstante, las expresiones, acento, formas de expresarme y pautas básicas de euskera tuve que aprender para poder moverme en los ámbitos en los que yo me movía trabajando como ILS (Intérprete de Lengua de Signos).

Cuando volví a Coruña tardé poco tiempo en volver a coger mi acento y mis expresiones de Galicia, ya que cuando hablaba por teléfono con mis amigas de allí (Bilbao) me decían que me había vuelto gallega otra vez que había cogido mucho acento y expresiones. Sin embargo, cuando llegué a Coruña, al principio la gente pensaba que era de fuera de Galicia porque no tenía nada de acento gallego ni expresiones ni nada, pero enseguida cambió.

También decir que además de tener la lengua castellana como lengua materna o L1 tengo como segunda lengua o L2 la lengua de signos, ya que tengo amigos sordos con los que sólo hablo lengua de signos y a veces me olvido casi de que sé hablar.

También hablo, algo, el inglés aunque me gustaría dominarlo más. Cuando me fui a Londres el año pasado me di cuenta de lo pez que estoy con este idioma, y eso que estoy estudiando para ser maestra de inglés! De vergüenza, vamos. Porque yo veo a gente de otros países que no son ingleses (daneses, suecos, alemanes, etc.) y todos hablan perfectamente inglés y a mi me sorprenden lo humildes que son porque cuando les preguntas si hablan inglés ellos te contestan que “un poco” y al final quedas tú fatal con el paupérrimo nivel que tenemos los españoles hablando inglés y que, sabemos decir cuatro frases, ya nos creemos que lo sabemos y estamos bastante equivocados.

Hablando de este tema del inglés y de cómo me di cuenta del nivel que tenía de inglés cuando pisé tierras inglesas, quisiera lanzar una lanza a favor del artículo de “lengua y dialecto” ya que realmente la lengua que nos enseñan (me refiero a la L2) la conocemos realmente cuando viajamos al país natural de esa lengua y nos damos cuenta de cómo la hablan, las expresiones que utilizan, etc. A nosotros sólo nos enseñan la forma “estándar” o “formal” de esa lengua y más gramática y expresión escrita que oral, y a la hora de defendernos en esa lengua es cuando realmente vemos las carencias que tenemos.

Como conclusión u opinión final a mi autobiografía lingüística, decir que estoy totalmente a favor de que se respeten todas las lenguas en las que cada uno se exprese siempre que nos podamos entender y llegar a acuerdos, ya que cuantas más lenguas haya más riqueza lingüística habrá.

Mientras Luz estaba con mis compañeros haciendo una valoración inicial de cómo íbamos con los diarios, mi grupo y yo aprovechamos para comentarnos brevemente nuestras biografías lingüísticas. Estas fueron las biografías de mis compañeros:

Quique: Habla castellano en casa y gallego fuera, pero si alguien le habla en castellano, contesta en castellano. Tiene dos registros del gallego: uno coloquial y otro más refinado. Habla Inglés perfectamente gracias a su experiencia vivida en Gran Bretaña durante dos años aproximadamente. En el ámbito laboral se vio obligado a hablar en castellano puesto que la empresa se lo exigía así, el Corte Inglés.

Freya: su lengua materna es el gallego. En su casa todos hablan gallego (aunque su padre lo habla sin seseo ni gheada, también, además del gallego habla portugués e inglés). Sus hermanos hablan gallego en casa, pero ahora, al estar estudiando en Madrid, allí hablan castellano. En cuanto a su expresión escrita, tiene más destreza en castellano que en gallego. En el ámbito educativo, en el colegio y en el instituto hablaba totalmente gallego tanto con los profesores como con los compañeros. Aunque tiene familia en el extranjero, con ellos habla también en gallego.

Esme: su lengua materna también es la variedad dialectal del gallego. En el ámbito tanto familiar como el más cercano (amigos, novio,…) habla gallego con todos. En el Colegio y en el Instituto, aunque ella siempre hablara en Gallego, tuvo contacto con el Inglés, Francés y Castellano. Posteriormente hizo un Ciclo en Santiago en donde ella era la única que hablaba en gallego.

Mavic: su lengua materna también es una variante dialectal del gallego. En toda su familia hablan gallego, ella dice que también es mucho por la influencia geográfica, ya que en Rianxo todo el mundo “fala galego”. Asimismo, su padre era galeguista 100%, él era de los que pensaban que en Galicia hay que hablar en gallego. Incluso, cuando tuvo que emigrar a Holanda y volvió a Galicia, prefería hablar en inglés que en castellano. Sin embargo, a la madre de Mavic si le hablan en castellano ella responde en castellano. Mavic tiene familia en EEUU los cuales cuando vienen de visita a Galicia mantienen su comunicación en gallego pero sus hijos ya no.

En cuanto al ámbito educativo, ella hablaba en gallego y recuerda que si algún niño hablaba en castellano lo discriminaban hasta que hablara en gallego. La situación cambió un poco cuando realizó sus estudios de COU en un Colegio privado de Santiago en donde todo el mundo le hablaba en castellano excepto dos profesoras.

Como conclusión de todas estas biografías lingüísticas acerca de nuestros compañeros más cercanos, decir que, si te entiendes, da igual en la lengua que hables, el objetivo es que exista una comunicación, un intercambio de información.

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